Nos bajamos del taxi, enfrente de mi edificio, en todo el
camino ninguno de los dos dijo palabra alguna.
-vamos a caminar un rato por el parque.- Me dijo mientras me
tomaba de la mano y nos dirigíamos calle abajo.
-¿Crees que soy bonita?- le pregunte mientras caminábamos por el jardín, era la primera
vez que abría la boca desde que nos subimos al carro de sitio.
-¿Qué?- me pregunto, no era la respuesta que esperaba, tal
vez solo desviaría el tema pero lo quise
intentar de nuevo.
-¿Qué si soy bonita? ¡Luca hablo enserió, habla!- me pare en
seco y lo volteé a ver, a sus ojos grises. Siempre pensé que parecían un día
nublado, de esos en los que lo único que quieres hacer es quedarte en casa
viendo alguna película, acurrucada con un buen café, sin que nadie te moleste,
apartada de todo. Quedan perfectos con su piel, tan blanca y su cabello castaño
claro que es un poco más rizado que chino. El es tan guapo a decir verdad,
alto, atlético, inteligente (aunque no lo quiera sacar a relucir) y con un
corazón muy bueno. En pocas palabras todo un “ken” pero intenta ser frio y
sarcástico todo el tiempo, todo lo toma como un juego, sin embargo puedo
confiar en él, siempre me es sincero y trata de ser neutro cuando se trata de
Sebastián y de mi.