Nos bajamos del taxi, enfrente de mi edificio, en todo el
camino ninguno de los dos dijo palabra alguna.
-vamos a caminar un rato por el parque.- Me dijo mientras me
tomaba de la mano y nos dirigíamos calle abajo.
-¿Crees que soy bonita?- le pregunte mientras caminábamos por el jardín, era la primera
vez que abría la boca desde que nos subimos al carro de sitio.
-¿Qué?- me pregunto, no era la respuesta que esperaba, tal
vez solo desviaría el tema pero lo quise
intentar de nuevo.
-¿Qué si soy bonita? ¡Luca hablo enserió, habla!- me pare en
seco y lo volteé a ver, a sus ojos grises. Siempre pensé que parecían un día
nublado, de esos en los que lo único que quieres hacer es quedarte en casa
viendo alguna película, acurrucada con un buen café, sin que nadie te moleste,
apartada de todo. Quedan perfectos con su piel, tan blanca y su cabello castaño
claro que es un poco más rizado que chino. El es tan guapo a decir verdad,
alto, atlético, inteligente (aunque no lo quiera sacar a relucir) y con un
corazón muy bueno. En pocas palabras todo un “ken” pero intenta ser frio y
sarcástico todo el tiempo, todo lo toma como un juego, sin embargo puedo
confiar en él, siempre me es sincero y trata de ser neutro cuando se trata de
Sebastián y de mi.
-Pero a ti no te dice nada, tratas mal a las mujeres. Sales
con ellas y no las vuelves a llamar, te inventas una historia y nombre
diferente para cada una, das números falsos o cuando se ponen listas y te dicen
“deja te marco para que se quede mi numero registrado” al día siguiente
cancelas ese y consigues otro, te aprovechas de distintas maneras, ya sea desde
un café gratis de parte de la muchacha que atiende la cafetería, o incluso
algún lugar en la fila gracias a tus ‘miradas coquetas’ hacia las chicas que
estén antes que tu. Cualquier oportunidad y/o ventaja la tomas. ¡Y el no te
dice nada! Solo a mí, me dice y dice y repite una y otra vez. ¡ESTOY CANSADA!
Es como si con alguna daga imaginaria picara una herida que ha estado haciendo
desde que somos ‘amigos’, no la deja sanar y no lo hará, mientras que siga. Este
tiempo que no estuvimos comunicados, se puede decir que de alguna forma
cicatrizo pero ahora, regreso tipo 2.0- sentía como en mi garganta se iba
formando un nudo, así que carraspeé
antes de continuar. -Yo en cambio, no soy tan mala, solo no duro en las
relaciones.-
-A mi me dejo ser, nunca me trato de ‘corregir’ y creo que
está arrepentido y en cierta forma se culpa así mismo por mi forma de ser,
aunque él no tenga nada que ver. Solo no quiere que estés como yo, pretende que
tu vida sea perfecta, la mejor que se puede imaginar. Eso anhela para ti. No te
lo tomes a mal, sabes que independientemente de tu decisión el estará ahí para
ti.- me sonrió de aquella forma que me reconfortaba siempre. Pero esta vez ya
era demasiado.
-Pero no es solo por eso. En todo, me critica y cuestiona
completamente lo que hago, nunca está de acuerdo conmigo, pareciera que siempre
lo decepciono, y créeme suficiente tengo con mis padres.-
Cualquier persona que
no nos conociera se preguntaría porque si me trata tan mal todavía somos
amigos. Pero fuera de las peleas, me ayuda y me protege, guarda mis
secretos y a su manera me alienta.
Como hace tres años, quedamos de ir a la feria los cuatro
juntos pero por distintas razones Lucas y Rosalina no pudieron ir, así que solo
estuvimos nosotros dos. Entre distintos juegos a los que nos subimos estuvo
todo bien, nos estábamos divirtiendo, a decir verdad ese día es de los pocos en
los que no nos hemos peleado para nada, todo iba bien hasta que a Sebas se le
ocurre entrar en la mansión embrujada, no soy miedosa, bueno tal vez solo un
poco, pero no lo iba a admitir y menos frente a él, se burlaría el resto de mi
existencia, por lo que acepte y nos formamos. Durante la espera me moría de los
nervios, estaba decidida a ir todo el trayecto con los ojos cerrados. Por fin
seguíamos nosotros, entramos y no teníamos ni cinco minutos cuando alguien disfrazado
aparece salvajemente y nos grita lo que provoco que yo también gritara y me
enganche con fuerza al brazo de Sebas, el con la mano que le quedaba libre me
tapo la boca “shhh… tranquila. ¿Sí? Ya se fue” me dijo y termine ahogando el
resto del grito. Se zafó de mi, “te voy a destapar la boca, no vayas a gritar
de nuevo, todo es de mentira ¿vale?” asentí con la cabeza y poco a poco fue
retirando su mano, “bien hay que seguir ¡vamos!” me dijo y empezó a caminar,
pero yo no me podía mover, estaba petrificada, ni hablar, no era capaz de
decirle que me esperara, cuando por fin se dio cuenta que no me podía mover,
regreso a mi lado y se acerco, tan cerca de mí, que invadía mi espacio
personal, podía sentir el calor de su aliento incluso su olor, era del algodón
de azúcar que nos habíamos comido en la fila antes de entrar, tan cerca que
creí que me besaría, una parte de mi esperaba que así fuera, “vamos juntos, no
te preocupes, nada malo te va a pasar, aquí estoy contigo” me dijo mientras me
tomaba de la mano, asentí con la cabeza y me sonrió, curiosamente esta vez no
intente golpearlo. “Y no te preocupes, hay cosas que no tienen que salir a la
luz”
Y hasta ahora nunca ha dicho lo que paso aquella vez, ese
día es en los que me he sentido protegida y apoyada por el, si solo fuera mas
así
-Los dos son tan tercos, si buscas la palabra obstinación en
el diccionario ¿qué crees? ahí salen ustedes dos, como sinónimo de la palabra.
Es que ninguno va a ceder, ¿sabes lo difícil que es estar en medio de sus
peleas constantes y tratar de no tomar partido? Es muy agotador y frustrante ya
que no los podemos dejar solos un momento porque ya se están gritando el uno al
otro…- veía como movía la boca, seguía hablando, pero ya no quería escucharlo,
era el mismo monologo de siempre, empecé a escuchar a mi alrededor. El
rechinido de los columpios, las risas de los niños, pero algo se apodero de mi
atención, a lo lejos sonaba muy fuerte en un carro una canción “No controles mi
forma…” decía, le puse más atención, parecía una melodía de los 80’s “gusto, no
controles mi forma de pensar porque es total y a todos les encanta. No
controles” había dado en el clavo, fue como si me atravesara una flecha.
-Necesito tiempo- Me pare y lo interrumpí, -tengo que estar
lejos de él un rato, centrarme y hacerme a la idea, de aquí a que empecemos a
trabajar juntos, no me llamen, ni me busquen, cualquier cosa véanlo con Lina,
ella me mantendrá informada. Lucas te lo pido de favor, necesito tiempo y estar
sola, reacomodar mis ideas y ver como rayos voy a aguantarlo ¡incluso estoy
considerando hacer una vida amorosa falsa para que me deje en paz!-
-Bien, yo me encargo, si es lo que quieres, respeto tu
decisión.- me sonrió, era una de compasión más que de apoyo.
Regresamos a mi departamento, el plan era que Lucas subiría
por Sebas mientras yo esperaba abajo para no verlo, pero no fue necesario, su
coche ya no estaba.
-Nos vemos pronto Yanne, cuídate.- me abrazo y después tomo
un taxi.
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