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jueves, agosto 2

Capitulo 5 de Sueños en el Destino.


Llegamos a los edificios. Todos nos habíamos ido un solo carro, Lina quería que nos fuéramos en dos, para que yo me fuera sola con Lucas.
-No has hablado con Lucas desde que nos volvimos a ver- me dijo mientras bajábamos de las escaleras de mi departamento. 
La agarre del brazo y nos bajamos rápidamente. Al llegar abajo le dije antes de que los muchachos nos alcanzaran. 
-Deja de comportarte como cupido, no lo eres, entiéndelo!- Estaba furiosa, y ya quería que dejara ese tema en paz, nunca pasara.

No es que no me llevara bien con él, me agrada mucho, es solo que no hay atracción por parte de ninguno. Tiene unos ojos grises, su cabello café claro es chino, no es muy alto pero si esta fuerte, va al gimnasio tres veces a la semana. No es nada tímido, siempre dice lo que piensa y trata de que nunca nos peleemos entre nosotros. Es un buen chico y es guapo, más que Sebastián, pero a mi punto de vista solo tiene dos cosas que no me agradan mucho de él, una es que es abierto a toda experiencia suicida, cualquier cosas, lo hace, no tiene miedo, incluso su sueño en la vida es llegar a diseñar el juego extremo más grande del mundo. Mientras que yo prefiero quedarme a salvo, lejos del peligro, no soy miedosa, pero hay límites. Y la otra es que, no confía mucho en las mujeres, tampoco las aprecia mucho, nunca ha tenido una relación, solo juega con ellas un rato, y luego ya no les vuelve  ni  hablar. A Lina y a mí nos costó mucho trabajo conseguir su confianza, pero al final lo conseguimos. Tal vez todo eso del odio hacia la mayoría de ellas sea porque su madre lo abandono cuando solo tenía cinco años, dejándolo con su padre y su abuelita. Pero el punto es que no pasa de una cita. Y aun así siempre ha sido de los más cotizados, le encanta coquetear con las chicas, recuerdo que así nos conocimos:


En primer semestre de prepa solo teníamos una clase juntos, pero no nos hablábamos. Era fin de semana, aquel día Lina y yo habíamos ido a una plaza, ella se había metido en una tienda y mientras tanto fui a una librería que estaba enfrente. Miraba algunos estantes, cuando me di cuenta que alguien me observaba, me percate de que estaba guapo, pero no era mi tipo, no me importo y seguí con lo mío, cada vez que cambiaba de pasillo, el me seguía, agarre un libro y me puse a leer la contraportada, el agarro el mismo y me dijo “así que te gusta leer eh” su cara dibujo una sonrisa coqueta, que a decir verdad me llamo un poco la atención, no mucho, al ver que no le conteste él siguió “este libro en particular es mi favorito ¿sabes?” aquel libro yo ya lo había leído, solo que este venia en edición especial. Levante una ceja y le pregunte “¿enserio y de que trata?” abrió los ojos de par en par y dijo “pues… de la historia de amor de un hombre alto de cabello negro y una muchacha de cabello rubio, (en la portada venían ambos personajes agarrados de la mano) pero ya no te diré nada no quiero arruinártelo” le iba a insistir en que me siguiera contando, era gracioso verlo como trataba de seguir con su mentira, pero me tenía que ir ya “que interesante, pero estas equivocado, ya lo leí, para empezar, ¿te gusta leer?” le pregunte, “ni un poquito” me contesto con una sonrisa encantadora “pero…” en ese momento lo interrumpió una voz que en algún lado ya había escuchado “¡hey! Por fin te encontré, ¿ya andas acosando a otra linda señorita?” Pegunto mientras me volteaba a ver, con una sonrisa que me revolvió el estomago, que nunca me ha gustado. Yo solo solté una risita “espera un minuto, eres Yannel ¿no? Soy Sebas de clase de matemáticas” entonces Lucas volvió a hablar “si, eres la rarita que se sienta en la banca que está enfrente del escritorio del profesor, la que nunca se ríe de mis chistes” a lo que yo le conteste “primero no soy rarita, solo quiero poner atención y no distraerme con personas como tú, y segundo tus bromitas y comentarios, son infantiles y para nada graciosos.” Le dije mientras dejaba el libro en su lugar, “pues, a los demás les encantan mis comentarios infantiles, querida, sobre todo a las chicas” me dijo guiñándome el ojo. A lo que le pregunte a Sebas “¿siempre es así?” El me contesto riéndose “casi diario, pero siempre descansa el primer lunes de cada mes” me empecé a reír y le iba a preguntar algo pero llego Lina “Claro que estas aquí donde mas, solo que no pensé que estuvieras hablando con…” se percato de quienes eran y siguió “ustedes están en clase de matemáticas” dijo algo emocionada, y continuo “porque no vamos los cuatro por un café” ambos aceptaron, pero yo dije “paso” Lucas me dijo mientras me abrazaba “vamos, preciosa, yo no muerdo, al menos que me quites mi comida” me quite y volteándolo a ver dije “por eso no te preocupes” luego le dije a Lina “está bien pero que este no me vuelva a tocar” mientras lo señalaba, Lina solo se excuso “no soy su niñera, pero él, sí” refiriéndose a Sebas quien se estaba riendo de todo esto, hasta ese momento “no soy su niñera, solo su amigo, pero, te doy permiso que lo golpees en caso de que lo haga” esa idea me agrado y sonreí de oreja a oreja, pero Lina intervino “créeme que si lo hará, mejor retira la oferta” solo sonrió y dijo “no, así le sirve de lección” en ese momento pude observar que ambos hacían clic. “Bueno, vámonos” dijo Lina y se fue por delante, después la siguió Lucas, y atrás iba yo, Sebas se puso a lado mío y me susurró “deja de fruncir el ceño, te ves más linda cuando sonríes” después alcanzó a Lucas.

Después de un tiempo se disculpo por aquel día, no es que hubiera hecho algo malo, después Sebas me dijo que no lo hace muy seguido, y entendimos que nos habíamos ganado su confianza. Según se, solo cinco personas se la han ganado y me de orgullo decir que soy una de ellas. Lo quiero mucho y no sé qué haría sin él, es uno de mis mejores amigos y una gran ayuda en los momentos difíciles, sobre todo cuando se trata de Sebas, el me ayuda con él. 

También me convence, pocas veces pero lo hace, como aquella vez que me convenció de ir con Sebas a la boda de su hermana. 

Y aquel día me ayudo también. Estábamos en la fiesta bailando, cuando empezó una canción lenta, yo no sabía qué hacer, si íbamos a seguir bailando o nos sentábamos en la mesa que nos correspondía, entonces él se inclino y me ofreció su mano, una seña como para invitarme a bailar, acepte y comenzamos a bailar, el me tomo de la cintura y yo radié su cuello con mis brazos. La canción parecía que no tendría fin y cada vez sentía el calor en mis mejillas y sabia que me estaba ruborizando, cosa que en mi se nota demasiado, al terminar la canción no podía dejar que me viera así, sin voltearlo a ver, le dije que ahorita regresaba, y me fui directo al baño. Una vez ahí le hable a Lucas. “¿Yanne, Que paso?” me dijo, sonaba algo adormilado “esto es una mala, mala idea, no debí hacerte caso” estaba nerviosa y alterada, cosa que en mí, no es buena esa combinación. “¿qué paso?” me pregunto tratándome de tranquilizar, “empezó una canción lenta, y no creo que a Sebas le agradara mucho bailarla, y al terminar esa, me vine al baño para reclamarte. “¿Siguen sonando?” me dijo, abrí la puerta un poquito para escuchar la música, “sí, creo que es la segunda” se quedo pensando solo unos segundos, después dijo “quédate ahí hasta que terminen, no deben de ser muchas, ya que terminen sales como si nada” cosa que hice, veinte minutos después terminaron. Al finalizar la noche debo admitir que tenía razón. Aquella vez me divertí mucho, y no jamás se lo dije y nunca se lo diré, no es por principios ni nada por el estilo, es solo que si admites que Lucas tiene razón, jamás dejara que lo olvides.


-Está bien, dejare de molestar, pero tú también, yo a diferencia de otras personas quiero que mi relación funcione así que déjame en paz- Lina me mando una mirada de furia,
Tenía razón, lo dude un segundo y luego le dije que aceptaba. Y apenas van un par de horas desde aquel trato, no estoy segura de que ambas lo podremos cumplir. Pero el intento se hará. 

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