Subimos hasta el cuarto piso de los departamentos, Sebas abrió la
puerta que tenía el número doce.
-El dueño me ha prestado las llaves.- dijo mientras cerraba la
puerta tras de él, al ver la confusión en la mirada de las muchachas.
Nosotros ya habíamos venido, y personalmente me gustaba más el 15,
el otro departamento que se encontraba en el siguiente piso, aunque eran muy
parecidos, tenían una gran diferencia en el tamaño de las habitaciones, aquel tiene
menos espacio para vestidores, cosa que no es necesario para nosotros, incluso
la tercera habitación ni siquiera tiene, por lo que lo podríamos usar de
oficina; en cambio este solo tiene dos y ambas con vestidores más grandes.
Fuera de eso, lo demás es lo mismo. Así que si quiero quedarme con el 15,
necesito controlar la situación. En algunas ocasiones puede ser muy sencillo
manipularlas, pues ya sé cómo funcionan sus mentes retorcidas. Pero en otras,
el que crea que van a reaccionar de cierta forma es lo que hace que sea yo
quien caiga en su juego. Se puede decir que cada quien tiene sus propios
trucos. Trucos que hacen de este juego algo realmente entretenido. Lo
importante es saber cómo y cuándo usarlos.
Todo el
tiempo mientras veían ambos departamentos estuvieron calladas, una vez que
terminamos, nos regresamos al 12 por que ellas querían “verlo de nuevo y compararlo” llegamos, y todos nos
paramos en el puro centro de la habitación, que empiece el juego.
-¿bueno
y que les parece?- les pregunté
-nos
quedamos este.- dijo Lina mirándome fijamente.
-perfecto,
entonces nosotros nos quedamos con el otro.-dijo Sebas mientras se acercaba a
Yanne que parecía perdida mirando por la ventana. Cuando puso sus manos en los
hombros de ella, se sobresalto, algo tenia, la conocía lo bastante bien, para
saber cuando algo iba mal. Eso podría esperar un rato más, ahora era el momento
de pelear por lo que quería, pero no entendía muy bien que truco habían utilizado
para quedarse con el departamento de arriba.
-Pues
no. Yo quiero este, ustedes quédense con el 15.- dije mientras le arrebataba
las llaves a Lina que hace tan solo un momento se las quito a Sebas de la mano.
-Dame
esas llaves Luca, es obvio que prefieren aquel, no sé qué intentas hacer, solo
dámelas…-
-¡NO!-
le dije mientras levantaba la mano lo bastante alto para que no las alcanzara.
No es que ellas fueran chaparras, son de estatura promedio, pero claro ¿con
tacones quien no crece? Supongo que es un capricho mas sobre la vanidad, si
creces pero ¿a qué precio? Cómodos no son. Ya los he usado y son una tortura
medieval. Y al parecer ellas han de ser un par de masoquistas, ya que siempre
los usas, estoy convencido que incluso para bañarse usan tacones. Pero seguro que
no duermen con ellos puestos, porque no son necesarios.
-¡Que me
des las malditas llaves!-esta vez Lina parecía enojada, tal vez esa era la
táctica que estaba usando, quizá piense que al gritarme, me haga pensar que en
verdad quiere este departamento y haga que yo lo quiera, y hasta que no esté
convencida de ello, fingirá que en verdad lo quiere para al final usar
psicología inversa para que ellas se queden con el 15. Pero ya descubrí su plan
y no les funcionara. ¡JAJA!
-¿cuándo
te bañas usas tacones?- lo dije sin pensar. –Digo, que nosotros nos quedaremos
con este, tiene mejores vestidores y como tenemos demasiada ropa para vernos
bien bonis, nos conviene. Lo siento perdiste. Te tendrás que conformar con el
otro, lastima, suerte para la próxima, sigue participando. Recuerda: come
frutas y verduras, aliméntate sanamente. El cigarro te mata. Si tomas no
manejes. Bye
-¡Pero qué…!!!
Lucas !por Dios!!! Si fuera por ti usarías los mismos tres cambios de ropa el
resto de tu vida. Casi casi haces una manifestación contra “El cambio diario de
ropa”-no estaba seguro si su tono era burlesco o sarcástico. Ahora sí, ya no estaba
seguro si iba ganando o perdiendo.
-Oye era
un muy buen plan. Si hubiera juntado las firmas necesarias se hubiera llevado a
cabo. Y claro gente, porque no puede hacerse con solo una persona. Lo peor es
que ni tu mejor amigo te ayuda.-dije mientras volteaba hacia Sebas que seguía
parado junto a Yanne, ambos seguían sin decir palabra alguna, solo estaban ahí
viendo por la ventana, como si estuvieran perdidos. –Además, fui a
rehabilitación y ahora soy un comprador compulsivo que tiene miles de prendas
innecesarias guardadas hasta en los zapatos porque en mi pequeño armario ya no
cabe ni el aire. Así de mal estoy, por lo que necesito estos grandes
vestidores, ahora vivo y respiro por la ropa cara que solo uso una vez en la
vida, que después se queda todita arrugada, metida en esos zapatos que huelen
feo ya. ¿Qué no tienes compasión por aquellas prenditas?- trate de fingir el mayor
sufrimiento del mundo que podía.
-Claro
pues ya que revelamos nuestros secretos quiero confesar que soy una payasita
que viene del espacio para gobernar a los dulces y que goza de comer niños.-
ahora si estaba seguro que aquel tono, era sarcasmo.
-queras
decir gobernar niños y comer dulces ¿no?- le pregunte, sabiendo que se había
equivocado y que empezábamos a desviarnos del tema, y así conseguiría mi meta,
solo un poco más.
-NO.
Como niños y gobierno dulces… ¡Maldita sea Lucas dame esa llaves!!! ¡No sé qué
rayos piensas! - empezó a tratar de quitármelas, intento subirse en mí, pero
los dos caímos al suelo y las llaves salieron volando hasta un extremos de la
habitación. Empezó a arrastrarse por el suelo para llegar a ellas pero la
agarre de la pierna para que no llegara, y me dio una patada en la cabeza así
que yo también me empecé a mover para conseguirlas, más ella sujeto mi pantalón
para que no siguiera, sin embargo solo consiguió quitarme el zapato. Cuando por
fin casi las alcanzamos, ambos nos estiramos para tratar de apoderarnos de
ellas antes. En eso otra mano las agarro. Por fin Sebas había decidido
intervenir. Pero fue Yanne quien hablo:
-Levántense
ustedes dos. Acaso ¿están locos o qué? Luca, no todo es una competencia o un
juego, no hay truco, tu quieres el 15 y Lina el 12, no veo cual es el
problema.- se había molestado en verdad. Nos levantamos e intente decir algo
pero siguió hablando –háblale a quien le tengas que hablar y dile que los
queremos y que nos dé fecha para mudarnos. Ahora vamos.
-Yanne…-
-¡oh
cállense ustedes dos!!- nos interrumpió a ambos, se había molestado, pero claro
nunca se enojaba, eso era lo que más me gusta de ella, se puede disgustar por
momentos pero nunca se enfadaría de verdad conmigo, pero que se le puede hacer,
ella me ama, al igual que todas las
mujeres, pero no es mi culpa, soy un amor.
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